La forma en la que hemos consumido agua en las últimas décadas ha tenido un enorme impacto en el medio ambiente. El hecho de que existan 7 grandes islas de basura plástica en los océanos del mundo debería darnos una idea sobre el efecto que tenemos sobre la naturaleza. Dimensionemos el problema: esas islas de basura son más grandes que Rusia y China juntas (¡cerca de 30 millones de kilómetros cuadrados!)
Cada segundo se desechan 1 500 botellas de plástico, eso son 130 millones de botellas en un solo día. Y de ellas solo el 9% se recicla. Está claro que algo no estamos haciendo bien. El plástico no solo invade nuestros entornos naturales, también invade nuestro cuerpo. Según estudios, estaríamos consumiendo el equivalente a una tarjeta de crédito por semana. Y lo peor, es que ya se han encontrado microplásticos en órganos internos humanos. Nos estamos contaminando lentamente.
El cambio es posible
La cadena de producción del agua embotellada supone un elevado coste para el planeta. Por un lado, el consumo energético para su producción y transporte, a lo que hay que sumar los desechos plásticos que terminan en nuestros mares (8 millones de toneladas al año).
Pero podemos frenar estos datos con un pequeño cambio. El hecho de rellenar botellas de agua en lugar de comprar agua embotellada es un gesto que no supone apenas esfuerzo para nosotros, (y que además conlleva un ahorro para nuestros bolsillos) pero que supondría un enorme cambio para el planeta.
Por eso desde Closca llevamos años retándote con #MyLastPlasticBottle. Un desafío que pretende inspirar el cambio hacia un consumo de agua más responsable, alejada de los plásticos de un solo uso. Y con el que queremos ayudarte no solo con botellas rellenables si no con una aplicación móvil para encontrar dónde rellenarlas estés donde estés.
El planeta lo agradece
Recientemente hemos lanzado la colección Places to be de Closca Bottle Wave, una gama de botellas rellenables de acero inoxidable que son nuestra oda particular al planeta. Un recordatorio de que todos estamos conectados y que nuestras acciones tienen un impacto.
Pero no es la primera vez que brindamos homenaje al planeta. Ya lo hicimos con Closca Bottle y la colección Consciousness. Con ella reflexionamos sobre cómo algunos ecosistemas están a punto de desaparecer y nos preguntamos si realmente estamos dispuestos a decirles adiós.
Cambiar hábitos adquiridos puede resultar complicado por eso quisimos facilitarte la transición hacia la vida sin plástico. Y para ello creamos Closca Water App, la aplicación móvil gratuita que te facilita localizar puntos de agua potable cercanos. Con ella no solo encuentras puntos de rellenado si no que consigues premios mientras mides el impacto positivo que generas al no consumir botellas de plástico.
Únete al reto #MyLastPlasticBottle y cuidemos el planeta, pues no tenemos otro.
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